Inicio >> Aerotermia >> Climatización con energía aerotérmica
Climatización con energía aerotérmica
Una vez generado el calor y/o frío con la energía aerotérmica deberemos distribuirlo por el edificio.
Para ello encontramos en el mercado un gran abanico de sistemas y modelos adaptados a las necesidades de cada cliente y al tipo de edificio.
La opción más recomendable para esta fuente de energía es el suelo radiante. Además del mayor confort que ofrece, la climatización a través de éste permite obtener unos valores de COP y EER superiores a las otras alternativas.
Suelo radiante
El suelo radiante es un sistema de calefacción por agua a baja temperatura, en el que se hace circular agua templada a través de circuitos de tubería integrados en el suelo, proporcionando un aumento de temperatura suave uniforme y de elevado confort.
Nos permite integrar la calefacción de forma limpia sin crear barreras visuales, necesitando para ello pocos recursos energéticos y creando gran inercia térmica.
Al no generar corrientes de aire por convección, como pasa con los radiadores, se produce menos polvo en la vivienda y se recogen menos polen y ácaros.
Es capaz de proporcionar potencias de calefacción de hasta 100 W/m2 y de refrigeración entre 20-40 W/m2.
Este sistema se puede utilizar tanto para suelos cerámicos, como para suelos de madera.
El suelo radiante se asemeja a la calefacción ideal, ya que esta consiste en estar con los pies templados y la cabeza fría, sin corrientes de aire.
Las ventajas frente a otros sistemas son las siguientes:
- Temperatura uniforme
- Estética
- No hay corrientes de aire
- Limpio
- Incorpora aislamiento
- Compatible con cualquier fuente de energía
- Vida útil
- Ahorra energía
- Es eficiente hasta aproximadamente 2.5 m de altura. Reducción de pérdidas por el techo
- Disminución de pérdidas en las tuberías generales: la temperatura del agua que entra en el suelo radiante es menor que en otros sistemas (40 °C).
- Menor temperatura ambiente (Toperativa para invierno según el RITE 21-23 °C)
Las superficies radiantes tienen diferentes usos:
- Calentar/refrescar el ambiente en
- Bloques de viviendas
- Viviendas unifamiliares, bifamiliares, etc
- Pabellones industriales
- Escuelas/Guarderías
- Geriátricos/Hospitales
- Calentar superficies para evitar hielo, nieve
- Rampas de garajes
- Campos de fútbol, pistas de atletismo
- Pistas de aterrizaje
- Disipar el calor de las cámaras frigoríficas de supermercados, etc
- Aprovechar el calor del sol
- Agricultura/Ganadería
- Etc
Fancoil
Un fancoil es un dispositivo que consiste en una batería o un intercambiador de frío o de calor y un ventilador. La batería recibe agua caliente o fría producida en la sala técnica y trasfiere la energía al aire y el ventilador lo impulsa a las estancias.
Se puede regular la emisión de los fancoils mediante la velocidad del ventilador. Esto puede hacerse mediante un selector de velocidad manual (paro-baja-media-alta) que puede manejar el usuario, o mediante sistemas automáticos regulados por un termostato ambiente.
Pueden tener distintos diseños, incluyendo el horizontal y vertical. Un fancoil puede instalarse visto u oculto. Los ocultos se colocan normalmente tras un falso cielorraso accesible.
Dependiendo de las temperaturas del agua fría y de la humedad relativa de los espacios climatizados, en las baterías se producirán condensaciones que será necesario evacuar a desagüe. Los condensados se recogerían en una bandeja de condensados incluida en el aparato, con una salida para empalmar con el desagüe.
Los fancoils que se utilizan en las instalaciones aerotérmicas son los modelos de 45 °C. Por ser de baja temperatura, las baterías son más grandes, haciendo que las dimensiones de estos fancoils sean mayores. Se adaptan perfectamente a la refrigeración a 7-12 °C.
Pueden causar ruidos dado que el ventilador está en el mismo local climatizado.
Radiadores de baja temperatura
Los radiadores de baja temperatura necesitan una temperatura de 45 °C (o superior), adaptándose perfectamente a la instalación aerotérmica. Son eficientes en términos energéticos.
Estéticamente son similares a los radiadores convencionales.
La principal desventaja, respecto al suelo radiante y los fancoils, es que no permiten la refrigeración. Si se quiere instalar refrigeración, se debe añadir otro sistema complementario, por lo que la inversión puede resultar cara. Además, se debe tener en cuenta el espacio que ocupa en la estancia.